La nueva estrategia de ETA: palabras en lugar de armas


La última declaración de ETA advirtiendo de un alto el fuego general, permanente y verificable no ha sido acogido desde Madrid con las pretensiones que solicitaba la izquierda abertzale. Para el Gobierno, se trata de una estrategia más de ETA y no aceptan otra condición que no sea el abandono de las armas. En el entorno de la izquierda nacionalista vasca, es una declaración sin precedentes que evidencia un compromiso de ETA por construir un futuro democrático de Euskadi.

Había rumores, pareceres, corrillos e infinidad de teorías que tenían el mismo interrogante. ¿Cuándo ofrecerá ETA un alto al fuego y qué condiciones presentaría para ello? Ya hay respuesta: la organización realizó una declaración pública difundida por el diario GARA, de la que rápidamente se hicieron ecos la mayoría de medios nacionales e internacionales.

ETA anunció un alto el fuego permanente, general y verificable. El comunicado difundido por la banda se parece al emitido en 2006 cuando anunciaba “un alto al fuego permanente” a partir del 24 de marzo. Sin embargo, ETA rompió su palabra cuando en diciembre de ese mismo año, provocó un atentado en los aparcamientos de la T-4 del aeropuerto de Barajas, que se saldó con la muerte de dos personas.

De este modo, el término “permanente” es difícilmente creíble si se atiende a los antecedentes. Pero es esta ocasión, la organización añade los términos “general” y “verificable”. Esto quiere decir, por un lado, que ETA abandonará toda actividad relacionada con la lucha armada, lo que incluye atentados, robos o extorsiones. Además, este compromiso podría ser verificado por observadores internacionales que aseguraran que el proceso se está cumpliendo con plenas garantías.

Un nuevo paso, sin duda, en la desarticulación de la banda terrorista que no ha sido tomado en consideración por la mayoría de partidos políticos. Comenzando por el Gobierno, el ministro de Interior y portavoz, Alfredo Pérez Rubalcaba, valoró ayer el comunicado con una frase lapidaria: “es una buena noticia, pero no es la noticia”. Rubalcaba consideró que no era la respuesta que desde Moncloa estaban esperando, resaltó que la banda pretendía “que el fin de la violencia tuviera precio” y rechazó la internacionalización del proceso, que daría una perspectiva mucho mayor al conflicto y restaría créditos al maltrecho gobierno socialista.

Las mayoría de reacciones fueron similares. La misma línea siguió la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal que avisó que el único comunicado aceptado por el PP sería el que anuncie la disolución de ETA. Cayo Lara, coordinador general de Izquiera Unida, declaró que lo único aceptable sería el compromiso de “irreversibilidad” de la violencia por parte de ETA. Y el lehendakari vasco, Paxti López, lamentó que la banda no hubiera decidido acabar con su actividad.

Un sinfín de reacciones que tienen un denominador común: que no se repita el optimismo general y la disposición a la negociación cuando ETA declaró el alto el fuego en 2006. Por entonces, muchos anunciaban el fin de la banda, de ahí las buenas intenciones y los acercamientos del Gobierno para dar una salida más o menos consensuada al conflicto. Sin embargo, la ruptura unilateral de la tregua en diciembre por parte de ETA con el atentado de Barajas, demostró que detrás de la intención de cesar la lucha armada había una estrategia de revitalización.

Fue un duro golpe para todos los estamentos políticos ya que sólo un día antes del atentado que acabó con la vida de dos personas en la T-4 de Barajas, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se mostró convencido de que la negociación política con ETA daría sus frutos. “Hoy estamos mejor que hace un año pero dentro de un año estaremos mejor”, declaró el 29 de diciembre de 2006 en una comparecencia de un Consejo de Ministros. El atentado demostró que con la estrategia de diálogo había sido una hábil artimaña de la banda terrorista.

ABANDONO PROGRESIVO DE LAS ARMAS, CAMBIO DE ESTRATEGIA

Ahora la situación se repite aunque con matices. La organización ha hecho un nuevo anuncio de intenciones pero el diálogo de 2006 se ha traducido en un escepticismo generalizado y un rechazo frontal a todo comunicado que no sea el abandono de las armas. Es lo que solicitan y esperan desde todos los estamentos políticos y las asociaciones de víctimas del terrorismo. Aunque desde el entorno de la izquierda abertzale, la postura del Gobierno es incomprensible porque aseguran que el comunicado de la banda ha cumplido con las expectativas recogidas en la Declaración de Bruselas y el Acuerdo de Gernika –un pacto entre agentes sociales y fuerzas políticas vascas para dar una salida consensuada al conflicto-.

El comunicado responde a una nueva estrategia de ETA. Los últimos mensajes de la banda van suavizando sus actividades terroristas y abogan por el fin de la lucha y el diálogo con interlocutores políticos. La asfixia a la que ha sido sometida la organización – gracias a la desarticulación de los principales mandos- ha podido motivar la nueva actitud de ETA. Junto a ello, la ilegalización de las facciones más radicales de la izquierda abertzale –que comenzó con Batasuna y siguió con nuevas firmas como Acción Nacionalista Vasca o EHAK- han restado créditos a la actividad violenta y ha generado un debate interno en el que la negociación política va sustituyendo al terrorismo. Por eso, la actitud de ETA parece encaminarse más bien a contentar a su brazo político –contando con la proximidad de las futuras elecciones municipales- con un mensaje más pacificador que le permita obtener más adeptos y más votos en los próximos meses.

Por eso, desde el sector aberzale, solicitan al Gobierno una respuesta que muestre un compromiso de negociación al igual que el realizado por ETA. La autorización de verificación a observadores internacionales o la legalización de la izquierda abertzale son algunos de los gestos que exigen a Zapatero. Pero para el Ejecutivo es una petición demasiado elevada que no ofrece las suficientes garantías de cumplimiento. Aceptar el texto de la organización supondría otorgar a ETA la condición de interlocutor principal, con capacidad para iniciar y guiar el proceso de abandono de la lucha armada. Un coste inasumible en la actualidad.

Fuentes

El País 

Gara 1 y 2

El Mundo 1 y 2

Público

ABC


2 Responses to "La nueva estrategia de ETA: palabras en lugar de armas"
Anónimo dijo...

Hay una estadística por ahí escalofriante. Dice, a grandes rasgos, que tras un alto el fuego, ETA, en un corto plazo no muy variable de tiempo...Esperemos que no se cumpla.


PC, sigué asi. Mucho ánimo con tu blog. Todos esperamos que cambies la foto de perfil. Los gavilanes pasaron de moda.


17 de enero de 2011, 1:14
Jesús Benabat dijo...

Muy buen post Alejandro. Lo cierto es que hacer una muy buena labor con tu blog. Te invito a que entres en el que acabo de inaugurar http://jesusbenabat.blogspot.com/ y que intercambiemos direcciones. UN saludo!


31 de enero de 2011, 16:30

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