Vivir de pie, pese a la crisis


Recortes, crisis, flexibilización laboral, paro... Son las palabras más repetidas a lo largo de los últimos meses que copan páginas y minutos de periódicos e informativos. Una saturación que está generando un estado de pesimismo colectivo que provoca hastío y depresión. Frente a ello, las movilizaciones y las acciones de protestas se convierten en un vehículo donde los protagonistas serán los primeros en adaptarse a los nuevos cambios.

Llevamos casi cuatro años imersos en esta nueva realidad que todos denominamos crisis económica. A lo largo de todo este tiempo, las hemerotecas se han llenado de portadas, imágenes y archivos a través de los cuales podemos seguir perfectamente la evolución de la situación en España y en el Mundo. Si hacemos un rápido barrido por ellas, observaremos cómo las noticias son un calco y repiten los mismos esquemas informativos.

Pero si algo ha provocado la crisis ha sido un estímulo negativo en todas los receptores. Estamos en la Sociedad de la Información, un momento de innovación y revolución asombrosa en el ámbito de la comunicación. Internet y las redes sociales han transformado al completo el concepto y las teorías de la comunicación tal y como las conocíamos. O quizás no tanto.

Situémonos en los años 20 cuando el profesor Harold Laswell comienza a estudiar los efectos de los medios de comunicación de masas en la población, sobre todo, la radio y el cine. De ellos, se extrajo la célebre Teoría de la Aguja Hipodérmica, que no es más que la constatación de que los medios de comunicación tienen una extraordinaria influencia en los individuos. Tal es así, que existen unas élites, llamémosle poder, que "inyectan" directamente un mensaje a través de los medios de comunicación entre los ciudadanos, que lo asumen sin discutirlo.

Año 2012. El paradigma comunicativo es radicalmente distinto. Las nuevas tecnologías, las webs 2 y 3.0, los blogs, Twitter, Facebook, Youtube y las miles de páginas webs que existen permiten que, en la actualidad, el mensaje se matice, se cuestione y hasta se niegue. Actualmente, el mensaje no se inyecta de forma directa, sino que existen muchos otros filtros. Pero, ¿y sus efectos?

Podemos decir que las informaciones de los medios de comunicación se matizan e incluso que nuevas herramientas como Twitter, permite obtener información a través de distintas fuentes, sin beber directamente de los grandes medios de comunicación de masas.  Pero la Teoría de la Aguja Hipodérmica es perfectamente extrapolable a la actualidad en cuanto a sus efectos.

Cieñ años después, las repercusiones de los medios de comunicación tradicionales son inmensas. Su agenda, marca los temas de conversación diarios entre la población y sus preocupaciones. Para muestra, un botón, el último barómetro del CIS indica que la mayor preocupación de los españoles es, en este orden, el paro, los problemas económicos, la clase política y la corrupción. Los cuatro temas que copan actualmente la información nacional de todos los medios de comunicación.

El verdadero problema de esta situación radica en las limitaciones que provocan los medios con las reiteradas informaciones sobre la crisis y los problemas económicos. El bombardeo informativo al que el espectador está siendo sometido lo está sumiendo en una suerte de pesimismo antropológico que provoca cansancio, hastío, abatimiento, depresión e incluso, suicidio. El incremento en el número de muertes y suicidios en los últimos años, ¿está causado sólo por la mala situación económica? ¿O por las pocas expectativas de mejora que se poseen en función de la realidad que están conociendo a través de los medios? 

El debate no versa sobre informar o no de la actualidad. La información veraz es necesaria para conocer la realidad y adaptarse a ella. Sin embargo, los medios de comunicación no muestran una alternativa a la actual realidad. Millones de personas sufren en España los problemas derivados de la crisis económica y están informándose constantemente de las posibles cambios en su situación. Pero, ¿qué más?

Se echa en falta un compromiso por parte de las administraciones y las grandes corporaciones mediáticas para mejorar las posibilidades de salida y para impulsar el ánimo colectivo. Si la reiteración acerca de los problemas que asolan el mundo pueden provocar un estado de ánimo depresivo a nivel global, la introducción en la agenda diaria de líneas informativas diferentes que abren nuevas posibilidades y salidas profesionales, podrían generar el efecto contrario: una inyección de positividad colectiva. 

¿Es casualidad que los mayores índices de felicidad recaigan en ciudadanos de países emergentes? ¿Sorprende saber que España se sitúa en los últimos puestos de la clasificación mundial en cuanto a felicidad de los ciudadanos? Si la crisis es contagiosa, sus efectos lo son aún más. Históricamente, la humanidad se ha adaptado a todas las revoluciones. Actualmente, los acontecimientos se suceden a un ritmo vertiginoso y el cambio es constante. Como ya postuló Darwin en El Origen de las Especies, aquellos que mejor se adapten a los cambios, sobrevivirán. Dos siglos después, la teoría continúa viva. 

Sin embargo, el pesimismo colectivo en el que los países occidentales están sumidos ha adoptado un vehículo mediante el que se está transformando: la lucha por el cambio. La crisis está despertando del largo letargo en el que millones de personas vivían. El miedo a perderlo todo ha provocado que se pierda el miedo al cambio y las ciudades están acogiendo de forma habitual manifestaciones, concentraciones y protestas de jubilados, trabajadores y jóvenes estudiantes reclamando una mejora en las condiciones vitales. Aquellos que transforman el pesimismo en indignación y acción se están situando a la vanguardia de la evolución, están siendo protagonistas de una alternativa a la situación actual. El mundo es el que es, pero la forma de vivirlo es optativa. Y, actualmente hay dos: aceptarlo y formar parte de la realidad desoladora o armar el intelecto y cambiar tu modo de vida. ¿Con cuál te quedas?


0 Responses to "Vivir de pie, pese a la crisis"

Publicar un comentario

Lo más leído

 

SOBRE EL AUTOR

Mi foto
Alejandro Balbuena
Alcalá de Guadaíra, Sevilla, Spain
Ver todo mi perfil
Return to top of page Copyright © 2010 | Flash News Converted into Blogger Template by Periodista Crítico